Buenos consejos:
1.
Lo que es bueno para su corazón es bueno para su cerebro: Uno de los factores de riesgo sobre
los que hay más evidencia son las enfermedades cardiovasculares, como la
hipertensión, la diabetes, la obesidad y el colesterol. Al ser patologías muy
extendidas en las que el estilo de vida tiene una incidencia directa, “hay que
poner toda nuestra atención para modificar estos factores a lo largo de los
años”, explica David Pérez, jefe de Neurología del Hospital Infanta Cristina de
Parla. Además, hay que tener mucho cuidado con el tabaco, porque tal y como
explica Pedro Cano, responsable del Programa
de Atención a Demencia en Sanitas, el riesgo de demencia es un 45% más alto entre las
personas fumadoras.
2.
¡A moverse!: Está demostrado que mantenerse activo físicamente reduce la frecuencia de demencias en
general y de Alzheimer en particular. “No tenemos que plantearnos grandes
esfuerzos de gimnasio o maratones: caminar una media hora al día a buen ritmo
es una actividad física extraordinaria”, señala Cano a este periódico.
3.
Somos lo que comemos: La influencia de la alimentación sobre la incidencia del
Alzheimer ha sido muy poco estudiada. No obstante, se han concedido propiedades
protectoras contra la demencia a alimentos como las manzanas, las fresas, la
zanahorias, los cítricos, el brócoli, la calabaza, las uvas, los tomates, el
pescado y las legumbres.
4.
Ejercite su cerebro o lo perderá: Una buena actividad mental está
relacionada con una menor disminución del hipocampo, una parte del cerebro
fundamental para la memoria que suele ser la primera en verse afectada por la
enfermedad de Alzheimer. “En teoría, quienes han estimulado más su mente tienen
menos posibilidades de presentar demencia, y si la tuvieran, ésta aparecería
más tarde”, cuenta Pérez. Para ello, los trucos ya son conocidos: aprender idiomas, tocar un instrumento, hacer sudokus y crucigramas, leer… “Es
importante concienciar a la gente de que no sólo hay que mantener el cuerpo
sano, sino también la mente”, explica Luis García, psicólogo de la Fundación
Alzheimer.
5.
Disfrute de la vida social: Participar en tareas recreativas
reduce el riesgo de padecer esta enfermedad, así que intenta mantener una vida
social intensa. “Socializar implica muchas cosas: desplazarte a un lugar,
conversar con otras personas, escuchar lo que dicen, dar argumentos en un
sentido o en otro… con todo esto, sin darte cuenta, mantienes tu mente activa y
alerta”.