miércoles, 1 de julio de 2015

INVESTIGACIONES PARA PREVENIR EL ALZHEIMER

INVESTIGACIONES INTERESANTES

Estos últimos 15 días han sido muy fructíferos en cuanto a la publicación de interesantes investigaciones que aportan nuevos datos para entender mejor la Enfermedad de Alzheimer, en concreto sobre la relación de esta enfermedad, que afecta al 35% de los españoles mayores de 85 años, y hábitos tan cotidianos como comer o dormir. 


Además varios expertos han aprovechado estos días para destacar la importancia de leer como factor protector.

Matthew Walker, profesor de Neurociencia de la Universidad de Berkeley, es el autor de una investigación que relaciona la falta de sueño, sobre todo el “profundo y reparador”, con una acumulación tóxica de la proteína beta-amiloide (responsable de las placas distintivas encontradas en la enfermedad de Alzheimer), la capacidad para recordar y la Enfermedad de Alzheimer.


Según este investigador, su estudio muestra que “la deposición de beta-amiloide puede dar lugar a un círculo vicioso en el que el sueño es menos profundo y se deteriora la memoria”. Asegura que el sueño reparador consigue “lavar” el cerebro de proteínas tóxicas, previniendo que se acumulen y protegiendo así, de forma potencial, la destrucción de neuronas.

La investigación monitorizó a 26 adultos entre 65 y 81 años cognitivamente normales, y encontró que una mayor cantidad de la proteína beta-amiloide está vinculada con los patrones de sueño profundo más perturbado. Y más importante aún, la mayor cantidad de esta proteína y el sueño alterado se asociaron con un peor rendimiento en pruebas de memoria sencillas realizadas por los investigadores a los voluntarios, antes y después de una noche de sueño.


Otra investigación, publicada en Neurology, liderada por Andrew Smyth, de la Universidad McMaster, en Canadá, apunta que las personas mayores que comen sano, con más frutas y verduras, frutos secos y el pescado en sus dietas, pueden ser menos propensos a experimentar, con el tiempo, deterioros en el pensamiento y la memoria.


Los científicos analizaron a 27.860 adultos y descubrieron que aquellos que obtuvieron mejores resultados en una escala de alimentación equilibrada tenían menor probabilidad de mostrar deterioro de memoria, de atención y de otras funciones cerebrales en los cinco años siguientes a las pruebas.


Por último, desde la Sociedad Española de Neurología, su coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y demencias, Guillermo García Ribas, ha destacado recientemente, con motivo del Día del Libro, que la lectura estimula la actividad cerebral, fortalece las conexiones neuronales y aumenta la reserva cognitiva del cerebro, lo que la convierte en un factor protector ante enfermedades como el Alzheimer.


Así, con acciones tan sencillas y cotidianas como comer bien y leer, protegemos nuestro cerebro. Además, la ciencia sigue buscando vías para atajar de forma temprana esta terrible enfermedad, como la del sueño, que abre nuevas vías prometedoras para su tratamiento.

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