¿Existe alguna dieta que sea “saludable para el cerebro”?
Sí y no. Si bien no existe una dieta
específica que sea mejor para la salud del cerebro, llevar una dieta saludable
es importante para la salud en general. Elegir alimentos que nutren el cuerpo y
el cerebro puede ayudar a prevenir o demorar la aparición de enfermedades, incluso
aquellas que causan demencia.
Consejos para nutrir el cuerpo y el cerebro
- Controle su peso. Algunos estudios muestran que
la obesidad, la diabetes, la presión arterial (sanguínea) alta y el
colesterol alto pueden aumentar el riesgo de padecer demencia. Para bajar
de peso y mantenerlo bajo, intente evitar las dietas a corto plazo o las
dietas “de moda”. En cambio, adopte una manera saludable de pensar y de
comer alimentos. Encuentre y respete unas pocas “reglas” que funcionen
para usted. La dieta Mediterránea puede ser un buen punto de partida.
- Coma frutas, vegetales y granos
integrales. Ya
lo ha escuchado antes: una dieta rica en frutas, vegetales y granos
integrales puede reducir el riesgo de padecer enfermedades crónicas,
incluidas las enfermedades del corazón, la diabetes y el cáncer.
Probablemente no es ninguna sorpresa que esos mismos alimentos también
ayuden a proteger la función cerebral. Los antioxidantes en los vegetales
de hojas verdes, los crucíferos (tales como el brócoli, el repollo y los
nabos), y los vegetales de cáscara oscura pueden ser particularmente
protectores. Pruebe las remolachas, el brócoli, los repollitos de
Bruselas, la coliflor, la berenjena, la col rizada, los pimientos rojos,
la lechuga romana o la espinaca.
- Evite las grasas saturadas. Los alimentos con alto
contenido de grasas saturadas y colesterol, tales como las carnes rojas y
los productos lácteos de leche entera, pueden contribuir a la presencia de
niveles altos de colesterol. Con el tiempo, el colesterol alto puede aumentar
el riesgo de padecer un ataque al corazón o un derrame cerebral. Para
limitar su ingesta de grasas saturadas, use aceite de oliva o de canola
(colza) en vez de mantequilla al saltear o freír alimentos, o bien use el
horno o la parrilla para cocinarlos. Cuando coma carne, elija pollo o
pescado. Además, elija productos lácteos sin grasa o con poca grasa en vez
de productos de leche entera.
- Obtenga sus ácidos grasos
omega-3. Las fuentes más comunes de ácidos grasos omega-3 son los pescados
grasos, como las sardinas, el atún, el salmón, la caballa y el arenque.
Para obtener sus ácidos grasos omega-3, intente comer al menos uno de
estos pescados una o dos veces por semana.
- Hable con su médico acerca de
tomar suplementos. Las investigaciones muestran que algunas vitaminas, tales como la
vitamina D, la vitamina E, la vitamina B12 y el ácido fólico, pueden
ayudar a proteger el cerebro. Además de una dieta saludable, tomar un
complejo multivitamínico puede ayudar a garantizar que usted reciba una
cantidad suficiente de estos nutrientes. Si usted no come pescado y está
preocupado porque no ingiere suficiente cantidad de ácidos grasos omega-3,
puede considerar tomar un suplemento de aceite de pescado.
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