viernes, 14 de noviembre de 2014

Funciones Cognitivas

FUNCIONES COGNITIVAS:
¿Cómo funciona nuestro cerebro?  A lo largo del día, ya seamos adolescentes o adultos, en el trabajo o en casa, nuestro cerebro utiliza todo un repertorio de capacidades sofisticadas: las funciones cognitivas.

    La memoria
    La atención
    El lenguaje
    El razonamiento
    Lo visoespacial

Estas funciones cognitivas nos permiten efectuar actividades como elaborar un itinerario, recordar un número de teléfono, reconocer un rostro, calcular mentalmente, conducir, tocar el piano o, simplemente, leer.
Ellas son, por tanto, la base del pensamiento, de la acción y de la comunicación.

La Memoria
La memoria es la función cognitiva más solicitada en la mayoría de nuestros actos. Interviene para registrar o recordar informaciones tan diversas como un número de teléfono, lo que hemos hecho el fin de semana, un encuentro, dónde hemos dejado las llaves, el nombre de un determinado objeto o de una persona que nos presentaron recientemente, un dato histórico famoso...
Igualmente, participa de modo fundamental en otras actividades cognitivas, como la lectura, el razonamiento, el cálculo mental, la creación de imágenes mentales... En consecuencia, se encuentra en todo momento activa, voluntariamente o no, y nos permite crear un stock de conocimientos culturales, recuerdos personales, actuaciones, etc.
La memoria constituye el pasado de cada uno o, más bien, el conocimiento de sí mismo, y permite que cada individuo posea una identidad.

La edad no es el único factor que desencadena un deterioro en el rendimiento de la memoria. También contribuyen a ello otros factores, como las circunstancias y determinados acontecimientos, la fatiga, el estrés, la motivación o la emotividad.

¿Cómo memorizar mejor?
En general, para acordarse mejor de las cosas hay que estar atento a lo que se hace, ya sea leer un texto o poner las gafas sobre la cómoda.
En cuanto a las tareas rutinarias, una manera de acordarse de regar las plantas o tomar la medicación, por ejemplo, es hacerlo siempre a la misma hora y asociarlo a un acontecimiento concreto, como un programa de televisión semanal o una de las comidas del día.

También es importante el aspecto emocional: no podemos retener aquello que para nosotros carece de interés o de sentido. Cuantos más registros emocionales, mejor se memoriza.

Para memorizar mejor puede resultar de ayuda :
    Localizar las informaciones esenciales para la comprensión.
    Reflexionar e interrogarse sobre el contenido, sobre el sentido de la información.
    Organizar las informaciones por categorías.
    Crear asociaciones.
    Recurrir con regularidad a la información.



La Atención

La atención se encuentra implicada en todos nuestros actos intelectuales, permitiéndonos estar totalmente vigilantes, focalizando nuestra concentración sobre un punto concreto, o bien, al contrario, repartiendo nuestra concentración en varias actividades. Pero entonces, ¡cuidado con la dispersión!
La atención no es estable, sino fluctuante. No se mantiene “sostenida” de forma continuada, sino que presenta automáticamente estados de relajación en el curso de una misma actividad.

El Lenguaje
El lenguaje constituye la característica humana por excelencia. Todos los días utilizamos diferentes facetas del lenguaje: escrito (lectura y escritura) y oral (comprensión y expresión).

Las Funciones Ejecutivas
Las funciones ejecutivas son funciones organizadoras relacionadas con la lógica, la estrategia, la planificación, la resolución de problemas y el razonamiento hipotético-deductivo.
Estas funciones nos ayudan a resolver todos los problemas más o menos complejos de nuestra vida cotidiana. Normalmente, hay que analizar bien el contexto y el objetivo buscado a fin de evaluar las posibles consecuencias de la decisión que se tomará.

En la vida cotidiana nos encontramos con situaciones complejas o simplemente nuevas, como hallar la causa de una avería, establecer el recorrido adecuado para ir a un lugar, planificar labores de jardinería, pensar las mejores jugadas para batir a un adversario al ajedrez...

Para comprender mejor estas situaciones, estamos dotados de una capacidad de razonamiento que puede ser de tres tipos:

    El razonamiento inferencial: Se utiliza ante un problema que se aborda por primera vez y para el que no existe solución previa. En esos casos, es necesario reparar en todos los elementos del problema y realizar una tarea de deducción, de formulación y de verificación de hipótesis que permitan llegar a posibles soluciones.
    El razonamiento analógico: Se refiere a la reutilización adaptada de una solución utilizada anteriormente ante un problema que presentaba especificidades comunes al que hay que resolver actualmente.
    El razonamiento automático : Es considerado más como la aplicación espontánea de un procedimiento que como un razonamiento propiamente dicho. Se da sobre todo en el marco de situaciones habituales, como ir al trabajo en coche. Se realiza mediante la aplicación de conocimientos automatizados almacenados en la memoria procedimental. Al no ser nuevas, estas situaciones no necesitan mucha atención, de modo que esta puede dedicarse a otra cosa.

Lo Visoespacial

En un mundo en el que la vista es el sentido más utilizado, nos vemos enfrentados todos los días a situaciones que requieren el reconocimiento de formas visuales y colores, el análisis de la posición de un objeto en relación a otro, o la estimación de la distancia que separa dos objetos.
Efectivamente, es necesario analizar bien todas las informaciones visuales para actuar en el medio.
Nuestro sistema visual es responsable de esos análisis espontáneos. Más concretamente, son dos partes diferentes del cerebro las que procesan la forma de los objetos y sus propiedades espaciales (es decir, el tamaño, el emplazamiento, la orientación de los objetos).
La vista es, por tanto, una función cognitiva extremadamente compleja si tenemos en cuenta el número de informaciones que debe procesar para obtener el análisis de una escena visual coherente.
Ella nos permite también identificar los objetos que componen nuestro entorno, así como sus posiciones en relación a otros objetos y en relación a nuestro propio cuerpo. Así nos permite interactuar con el medio (coger objetos, orientarnos a través de ellos, etc.).

Se fomenta la actividad mediante tareas para casa, ejercicios y recomendaciones.

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