sábado, 25 de abril de 2015

Hoy tengo el placer de inaugurar esta sección del blog, con una poesía preciosa que bien podrían recitar todas las madres del mundo a sus hijas adolescentes.

INOCENTE ADOLESCENCIA

Como un trozo de algodón mi corazón es para ti,
acércate, dame tu dolor, libérate y cuéntame.

Cuantas cosas mi cariño te han pasado en este tiempo,
cuantas lágrimas sin consuelo han rodado hasta el suelo.

Mi niña, mi tesoro, lo sé, lo sé, lo sé…

Tu gran amigo se alejaba sin remedio, por la senda del infierno
oscura y fría al descubierto y sin aliento,
es tu gran desconocido, que no entiendes, que no atiende…

Le entregas tus manos, tus brazos, tu alma
se aleja, no alcanza,
se pierde, te pierdes
le aprietas con fuerza, pero el se revuelve, se queja, se aleja…

¡Tu no puedes luchar más,
te está arrastrando, vas detrás,
sal cariño, sal corriendo
te hace daño, no hay remedio,
vete lejos, huye, corre,
que la vida es para ti tu salvavidas!

Mira el sol y las estrellas y mis ojos y mi alma,
la esperanza, la alegría, el color de cada día… y mírate…

Hoy sonríes, eres libre como el viento por tu pelo,
ya no sufres, ya no lloras, caminas con fuerza y rotunda pisada,
la vida la ganas, es hoy tu mañana.

Como un trozo de algodón mi corazón es para ti,
acércate, dame tu dolor, libérate y cuéntame.

La traición es un dolor que aprieta hondo en tu interior,
te entrega odio y rencor, salpica el corazón,
¿y que hago yo?

Tranquila no sufras, el tiempo lo cura,
olvida las penas, camina despacio y atenta mirada,
verás que mañana, quizá no sea nada… mañana…

Mira el sol y las estrellas y mis ojos y mi alma
la esperanza, la alegría, el color de cada día… y mírate.

Hoy sonríes, eres libre como el viento por tu pelo,
ya no sufres, ya no lloras, caminas con fuerza y rotunda pisada,

la vida la ganas, es hoy tu mañana.


Pilar Sánchez Garzo.

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